La reina del maíz
Las celebridades tuvieron un momento de creatividad y se enfrentaron a uno de los ingredientes más versátiles de la historia de la gastronomía. El maíz es un complemento ideal para los días de Semana Santa. Presentamos una versión de polenta Mandolina.
El alimento que le gana a la pasta
El norte de Italia introdujo en la gastronomía mundial a uno de los protagonistas del mundo gastronómico latinoamericano. El maíz se convirtió en el único rival de la pasta en ese país, que luego se extendió a los platos de donde provino.
¿Cómo se hace?
Hoy en día, sobre todo fuera de Italia, la polenta se equipara a la sémola de maíz, pero no toda la polenta es de maíz ni toda la sémola de maíz es polenta. Aunque en Master Chef no profundizaron en esta preparación, presentamos nuestra versión Mandolina.
El procedimiento básico es muy sencillo: solo hay que cocer la sémola en agua muy caliente con sal. Dependiendo un poco de la variedad de maíz y cómo haya sido procesado, el tiempo total de cocción puede extenderse desde 30 minutos hasta casi una hora. Usando polenta precocida apenas necesitaremos entre uno y cinco minutos.
La proporción de sémola/agua también es variable, y depende mucho del resultado que queramos obtener, con una polenta más cremosa o más espesa, tipo puré. Además de las preferencias personales, la manera de servirla y los acompañamientos son factores importantes a tener en cuenta.
Lo más recomendable es comenzar presentando atención a las indicaciones del fabricante o productor, y a partir de ahí ajustar cantidades al gusto. Como sucede con todas las recetas tradicionales, la mejor forma de cocinar polenta es a puro ojo y hacer ajustes sobre la marcha. Es otra variante del viejo “echa la harina que admita”.
Ingredientes de la Polenta
- Polenta.
- 500 g.
- Agua.
- 1.5 l.
- Sal.
- Hierbas aromáticas variadas al gusto.
- Nata líquida para cocinar , leche o queso.
Preparación
Como medida estándar, podemos partir de 500 g de sémola para seis personas, con 1,5 litros de agua. Si se quiere más cremosa, se puede añadir más líquido, o cocerla menos tiempo. Al enfriarse siempre espesará.
Después seguimos los siguientes pasos. Calentamos el agua en una olla o cazuela de fondo grueso, y la salamos cuando rompa a hervir. Una vez entre en ebullición añadimos la sémola poco a poco (como una lluvia) removiendo con unas varillas o una cuchara, suavemente. Bajamos el fuego y mantenemos la cocción suave, removiendo constantemente hasta que alcance la consistencia deseada.
Lo ideal es que la polenta se despegue de las paredes de la olla, pero si se utiliza sémola sin precocer, no hay que fiarse: necesitaremos como mínimo 30-45 minutos para que adquiera una textura cremosa y melosa de verdad. También hay quien deja el fuego al mínimo, tapando la olla, alargando la cocción hasta una hora y removiendo muy pocas veces.
Cuando este lista, aderezamos con más sal, hierbas frescas o secas, un chorrito de leche o nata, mantequilla y/o queso.
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