Ingredientes:

1 kg de muslos de pollo, deshuesados y sin piel

2 calabacines medianos, cortados en rodajas

1 cebolla grande, picada

3 dientes de ajo, picados

2 zanahorias, peladas y cortadas en rodajas

1 pimiento rojo, cortado en tiras

400 g de tomates triturados (puedes usar tomates enlatados)

1 taza de caldo de pollo

1 taza de vino blanco

2 hojas de laurel

1 cucharadita de tomillo seco

1 cucharadita de pimentón

Sal y pimienta al gusto

Aceite de oliva

Instrucciones:

En una olla grande, calienta un par de cucharadas de aceite de oliva a fuego medio-alto. Agrega los muslos de pollo y dóralos por ambos lados. Retira el pollo de la olla y resérvalo.

En la misma olla, agrega un poco más de aceite si es necesario. Añade la cebolla y el ajo picados, y cocina hasta que estén dorados y fragantes.

Agrega las zanahorias, el pimiento y los calabacines a la olla. Cocina por unos minutos hasta que las verduras comiencen a ablandarse.

Vierte el vino blanco en la olla, raspando el fondo para recoger los sabores caramelizados. Deja que el vino se reduzca a la mitad.

Agrega los tomates triturados, el caldo de pollo, el laurel, el tomillo y el pimentón. Remueve bien la mezcla.

Vuelve a colocar los muslos de pollo en la olla. Asegúrate de sumergirlos en la mezcla de tomate y verduras.

Lleva la mezcla a ebullición y luego reduce el fuego a bajo. Cocina a fuego lento durante aproximadamente 30-40 minutos, o hasta que el pollo esté bien cocido y tierno.

A mitad de cocción, prueba y ajusta la sazón con sal y pimienta según sea necesario.

Sirve el guiso caliente, acompañado de arroz, puré de patatas o pan crujiente. ¡Disfruta de este reconfortante guiso de pollo y calabacín!

Esta receta es perfecta para disfrutar en días fríos o cuando necesitas una comida sustanciosa y deliciosa. ¡Espero que la disfrutes!