El secreto de la deliciosa crema catalana
La crema catalana, también conocida como crema tostada, es un postre emblemático de la cocina española, originario de Cataluña. Su textura suave y aterciopelada, junto con la irresistible capa de azúcar caramelizado en la superficie, la convierten en una irresistible tentación para cualquier amante de los dulces.
En esta receta, te guiaremos paso a paso en la elaboración de este clásico postre, utilizando ingredientes sencillos y técnicas básicas de cocina. Sorprende a tus familiares y amigos con este delicioso manjar que sin duda conquistará sus paladares.
Ingredientes:
- 1 litro de leche entera
- 100 gramos de azúcar
- 8 yemas de huevo
- 50 gramos de almidón de maíz
- 1 rama de canela
- Cáscara de limón (sin la parte blanca)
- Azúcar para caramelizar
Preparación:
Infusionar la leche: En una olla, calienta la leche a fuego medio junto con la canela y la cáscara de limón. Una vez que hierva, apaga el fuego y deja reposar durante 10 minutos para que la leche absorba los aromas.
Mezclar las yemas y el azúcar: En un recipiente aparte, bate las yemas de huevo con el azúcar hasta obtener una mezcla espesa y de color pálido.
Añadir el almidón de maíz: Incorpora gradualmente el almidón de maíz a la mezcla de yemas y azúcar, removiendo constantemente para evitar grumos.
Templar la leche: Retira la canela y la cáscara de limón de la leche infusionada. Vierte un poco de la leche caliente a la mezcla de yemas y azúcar, batiendo enérgicamente para integrar. Repite este proceso hasta incorporar toda la leche.
Cocinar la crema: Regresa la mezcla de leche y yemas a la olla y cocina a fuego lento, removiendo constantemente con una cuchara de madera, hasta que espese. El punto ideal es cuando la crema cubre el dorso de la cuchara.
Verter y enfriar: Distribuye la crema catalana en recipientes individuales aptos para horno. Cubre la superficie de cada recipiente con una fina capa de azúcar. Refrigera la crema durante al menos 2 horas.
Caramelizar el azúcar: Antes de servir, espolvorea un poco de azúcar adicional sobre la superficie de la crema. Con un soplete de cocina, carameliza el azúcar hasta obtener una capa crujiente y dorada.
Disfruta de la crema catalana fría, con la irresistible capa de azúcar caramelizado contrastando con la suavidad y cremosidad de la crema. Un postre sencillo pero irresistible que te conquistará con su sabor tradicional y auténtico.
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