Las croquetas de espinaca y ricotta son una opción deliciosa y nutritiva que combina lo mejor de las verduras con la suavidad del queso. Perfectas para cualquier ocasión, ya sea como un aperitivo para sorprender a tus invitados o como un plato principal ligero, estas croquetas destacan por su textura crujiente por fuera y su interior cremoso. Además, son fáciles de preparar y ofrecen una alternativa saludable a las croquetas tradicionales. ¡Vamos a cocinar!
Ingredientes:
- 200 g de espinacas frescas
- 250 g de ricotta
- 1 huevo
- 100 g de pan rallado (más extra para rebozar)
- 50 g de queso parmesano, rallado
- 1 diente de ajo, picado finamente
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva para freír
Instrucciones paso a paso:
1. Preparar las espinacas
- Lava las espinacas cuidadosamente bajo agua fría para eliminar cualquier rastro de suciedad.
- Cocina las espinacas en una sartén con un poco de agua a fuego medio hasta que se marchiten. Esto debería tomar unos 3-4 minutos.
- Escúrrelas bien para eliminar el exceso de agua. Presiona ligeramente con un tenedor o papel absorbente para asegurarte de que estén lo más secas posible. Luego, pícalas finamente y resérvalas.
2. Mezclar los ingredientes
- En un bol grande, coloca las espinacas picadas y añade la ricotta, el huevo, el pan rallado, el queso parmesano rallado y el ajo picado.
- Sazona con sal y pimienta al gusto.
- Mezcla todo con una cuchara o con las manos limpias hasta obtener una masa homogénea. Si la mezcla está muy húmeda, puedes agregar un poco más de pan rallado para obtener una consistencia manejable.
3. Formar las croquetas
- Con las manos, toma pequeñas porciones de la mezcla y forma croquetas del tamaño que prefieras. Puedes hacerlas en forma ovalada o redonda, según tu gusto.
- Para un acabado más crujiente, pasa cada croqueta por pan rallado adicional antes de freírlas.
4. Freír las croquetas
- Calienta suficiente aceite de oliva en una sartén a fuego medio-alto.
- Cuando el aceite esté caliente (pero no humeante), añade las croquetas cuidadosamente, dejando espacio entre ellas para que se cocinen de manera uniforme.
- Fríe las croquetas durante 2-3 minutos por cada lado, o hasta que estén doradas y crujientes.
- Retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
5. Servir las croquetas
- Sirve las croquetas calientes en un plato grande o en pequeñas porciones individuales.
- Acompáñalas con tu salsa favorita. Algunas opciones deliciosas incluyen una salsa de yogur con hierbas frescas, una salsa de tomate casera o incluso una salsa de mostaza y miel.
Consejos para un resultado perfecto:
- Opciones de cocción: Si prefieres una versión más ligera, puedes hornear las croquetas en lugar de freírlas. Colócalas en una bandeja forrada con papel pergamino y hornea a 200°C durante 20-25 minutos, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo.
- Variante sin gluten: Sustituye el pan rallado por pan rallado sin gluten o harina de almendra para una opción apta para celíacos.
- Añade un toque extra: Incorpora hierbas frescas como perejil o albahaca a la mezcla para intensificar el sabor. También puedes agregar una pizca de nuez moscada para un toque especial.
¡Listo! Ahora puedes disfrutar de tus croquetas de espinaca y ricotta, un platillo que no solo es saludable, sino también irresistible para cualquier amante de la buena comida. Perfectas para compartir en reuniones, como un almuerzo ligero o incluso como un snack reconfortante en cualquier momento del día.
Cada croqueta ofrece una experiencia deliciosa, con el contraste entre su exterior dorado y crujiente y su interior suave y cremoso. Además, son tan versátiles que puedes personalizarlas según tus preferencias o las de tus invitados.
¡Anímate a prepararlas y sorprende a todos con esta receta llena de sabor y textura! ¡Buen provecho!